Unas pequeñas compras ya previstas, en el comptoir de la mer (www.comptoirdelamer.fr), unos almacenes de las cofradías de pescadores, donde comprar accesorios de pesca, de navegación, moda nautica, decoración naval, artículos para barco, de recreo o no, latas de conserva, sopas de pescado....
Tenía antojo de una vareuse, la prenda típica de los pescadores y criadores de ostras del Atlántico francés, y la compré junto con otras prendas y chorraditas nauticas varias.
Despues, un paseo largo por el Parque Pereire. Los hermanos Pereire, Emile e Isaac, financieros que crearon en 1852 la Compagnie des Chemins de Fer du Midi, la línea férrea que unió Burdeos y la
El Parque Pereire, bordeando la bahía. |
En su honor, un extenso parque a orilla de la bahía, hoy lleva su nombre.
Es una hermosa zona de playa, donde los pinos llegan a la arena, creando un ambiente fresco y relajante.Paseos pedestres y ciclovías lo recorren ofreciendo un area de esparcimiento fabulosa. Además, restaurantes, cafés y terrazas donde tomar algo cierran un círculo de placer, difícilmente superable.
Aprovechando la tesitura, comí en el restaurante Cap Pereire (www.restaurantcappereire.com), que recomiendo más por el restaurante en sí que por la comida, que siendo muy buena, no lo es tanto como en otros de la zona.En cualquier caso, el almuerzo fue no tan descansado como hubiera deseado, no sólo por poder disfrutar con el necesario tiempo del excelente burdeos que acompañó a la carne, y del postre, un café gourmand que recuerdo con deleite, si no que las mareas de la bahía hacen que navegar tenga hora tasada y había que salir al mar.
En la siguiente entrada, pondré unas fotos del paseo por la bahía, la isla de los pájaros, la duna de Pyla y el banco de Arguin.
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