domingo, 16 de diciembre de 2012

Cuaderno de bitácora. Arcachon. (4)

Despues del ladrillo de la anterior entrada, de haber llegado y gracias a una naturaleza que me hace disfrutar de los viajes, relajado, paseamos por Arcachon, con cierto fresquito, hay que decirlo, que me despejó y cenamos.

Mapa de la bahía. Playa de Arcachon.
Llegaremos a los restaurantes más adelante, ya hablaremos de ellos.
Un sueño reparador, un buen desayuno y en disposición de descubrir el Cap Ferret.Para ello desandamos el camino que circunda la bahía de Arcachon hasta Lége, pasando por varias de las villas ostrícolas que han hecho famoso al lugar.
De hecho, el cultivo de ostras está en absolutamente todo el recorrido, presente, más que presente. Te   invade, te posee, en cada   rincón, una cabaña con un rótulo atrayente, es una invitación a degustar, a llevarte algunas de las mejores ostras del mundo. En Gujan-Mestras, existe un centro no sólo de producción, si no de interpretación del cultivo. Es la capital de las ostras en el planeta ostra.
Llaman la atención los inmensos ayuntamientos y las imponentes iglesias que jalonan el camino, pues se debe atravesar todas las poblaciones, no siempre con facilidad. Hay tráfico, y la gente, mucha en bicicleta, se dirige a su trabajo, al colegio...A tres bajo cero, con una helada de asustar, los campos blancos y las aves acuáticas intentando meterse en los riachuelos del parque natural de las Landas de Gascuña.
Faro de Cap Ferret.
Al cabo de algo más de una hora, llegamos al final del cabo Ferret, nuestro destino, desde el que queríamos ir regresando sin prisa para ver el paisaje. Llegamos al faro y queríamos morir, o no salir del coche. Nunca he pasado un frío semejante a la orilla del mar, pero el día era claro y apetecía caminar.Visitamos las playas y el pueblo de pescadores de ostras, al que no se puede acceder en coche, muy prudentemente, sus habitantes no son una atracción turística.
Es difícil describir la sensación que me acompañó desde ese momento hasta el fin del viaje. No se puede describir. De un país limpio, ordenado, donde no hay un papel en el suelo, una pintada, una caca de perro, donde las viejecitas van a la compra en su bicicleta con cestito y llevan flores para su casa.Se percibe el dinero y lo que le acompaña, en toda la bahía, e incluso dentro de los diferentes estamentos, pero se ve una buena posición económica; de hecho, casas de veraneo en el Cap rondan en verano los 5000 € semanales de alquiler o más de dos millones si las queremos comprar. No es barato, pero me da en la nariz que lo vale.


No hay comentarios:

Publicar un comentario