El elevador de Santa Justa. |
Rua Augusta. |
Así, llegamos al rossio, a la plaza de D. Pedro IV. Hay que mencionar que rossio es una denominación común en Portugal, las plazas mayores de las ciudades,en las que se celebraban mercados, ejecuciones públicas, corridas de toros, suelen tener el apelativo medieval de Rossio, por lo que no sólo esta lo es.
Reconstruída tambien tras el terremoto, de su antigua traza apenas se conserva el palcio de Almada, que sobrevivió, el resto es de contrucción posterior.Su suelo fue de los primeros en recibir los hoy típicos dibujos blancos y negros de la calzada portuguesa, tan bella, aunque la mayor curiosidad de la plaza es la leyenda de la estatua del que fue rey de Portugal y primer emperador de Brasil. Cuentan que el representado, no es el rey Pedro, si no el emperador Maximiliano de México.Al parecer, la estatua se encontraba de viaje entre Francia, donde se fundió y México, pero el emperador fue derrocado. Estando el barco fondeado en una escala en Lisboa, durante dicho transporte, y necesitando una estatua en la construccion de la plaza, el coste, evidentemente menor, de comprar la estaua antes que fundir otra, decidió que así se hiciera, levantando sobre la columna al emperador Maximiliano en representación de Pedro IV. ¿Verdad o leyenda?.
En el solar que dejó el palacio de la Inquisición, se levantó el teatro nacional, Dna. María II, siendo tambien de gran belleza la estación de tren de Rossio, de estilo neomanuelino y con la particularidad de tener los andenes en el primer piso. Cosas de la orografía lisboeta. Tambien hay que destacar la pastelaria suiça, de no perderse, aviso, y el café Nicola, donde Eça de Queirós, Bocage y otros poetas románticos se reunían, este último, incluso antes de suicidarse como buen poeta romántico que se precie. A pesar de la historia que atesora entre sus paredes, se ha convertido en un establecimiento tan turístico, que no termino de poderlo recomendar, pero allá cada cual.
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