lunes, 3 de diciembre de 2012

Lisboa. La Baixa. (2)

Las principales vías de la baixa son la rua Augusta, la que nace en el arco triunfal del terreiro do paço y llega hasta el rossio (la plaza de D. Pedro IV ) y la rua Aurea, o rua de ouro, así llamada por que los joyeros, plateros, orfebres y relojeros de Lisboa, se encontraban allí, incluso hoy en día hay joyerías antiguas, pero menos, que surge de un lateral de la plaza do comercio y lleva igualmente hasta el rossio, en realidad. la longitud de la baixa.

El elevador de Santa Justa.
Hoy, pese a los edificios magníficos, apoyados sobre pilotes de madera para evitar los terremotos, la zona ha venido a menos. Aún conserva comercio tradicional y en la rua Aurea, las centrales de varios bancos, entre los que destacaría el edificio del Santander Totta, antes Totta & Açores, de gran belleza y extraordinaria factura. En la acera contraria, a la izquierda subiendo desde el río, nos encontramos con el elevador de Santa Justa, que une la baixa con el barrio alto. Hoy, esta mole metálica neogótica, es bastante innecesaria, pero salvar el desnivel entre ambas partes de Lisboa, fue imprescindible. El ingeniero Raoul Mesnier de Ponsard, según algunas fuentes, discípulo de Eiffel, aunque otras no le encuentran relación, fueel responsable de la obra, que se inaguró en 1902, con motores a vapor, luego sustituídos por motores eléctricos. En la actualidad, es apenas una atracción turística, pero debió ser tremendamente útil. El resto de elevadores de la ciudad, son tranvías funiculares, no ascensores. Ya llegaremos.

Rua Augusta.
 
A pesar del ya comentado declive comercial de la zona, sigue siendo de gran ambiente de tiendas y paseantes, algunos restaurantes muy turísticos y paso obligado de viandantes. Sigue siendo escaparate de aquella época más cosmopolita de Lisboa.
Así, llegamos  al rossio, a la plaza de D. Pedro IV. Hay que mencionar que rossio es una denominación común en Portugal, las plazas mayores de las ciudades,en las que se celebraban mercados, ejecuciones públicas, corridas de toros, suelen tener el apelativo medieval de Rossio, por lo que no sólo esta lo es.
Reconstruída tambien tras el terremoto, de su antigua traza apenas se conserva el palcio de Almada, que sobrevivió, el resto es de contrucción posterior.Su suelo fue de los primeros en recibir los hoy típicos dibujos blancos y negros de la calzada portuguesa, tan bella, aunque la mayor curiosidad de la plaza es la leyenda de la estatua del que fue rey de Portugal y primer emperador de Brasil. Cuentan que el representado, no es el rey Pedro, si no el emperador Maximiliano de México.Al parecer, la estatua se encontraba de viaje entre Francia, donde se fundió y México, pero el emperador fue derrocado. Estando el barco fondeado en una escala en Lisboa, durante dicho transporte, y necesitando una estatua en la construccion de la plaza, el coste, evidentemente menor, de comprar la estaua antes que fundir otra, decidió que así se hiciera, levantando sobre la columna al emperador Maximiliano en representación de Pedro IV. ¿Verdad o leyenda?.
En el solar que dejó el palacio de la Inquisición, se levantó el teatro nacional, Dna. María II, siendo tambien de gran belleza la estación de tren de Rossio, de estilo neomanuelino y con la particularidad de tener los andenes en el primer piso. Cosas de la orografía lisboeta. Tambien hay que destacar la pastelaria suiça, de no perderse, aviso, y el café Nicola, donde Eça de Queirós, Bocage y otros poetas románticos se reunían, este último, incluso antes de suicidarse como buen poeta romántico que se precie. A pesar de la historia que atesora entre sus paredes, se ha convertido en un establecimiento tan turístico, que no termino de poderlo recomendar, pero allá cada cual.

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